jueves, agosto 26, 2010

SALMO 36 (35)


MALDAD DEL PECADOR Y BONDAD DE DIOS

El malvado escucha en su interior 
un oraculo del pecado:
"No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia".
Porque se hace la ilusion de que su culpa
no sera descubierta ni aborrecida.

Las palabras de su boca son maldad y traicion,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.

Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.

Tu socorres a hombres y animales;
¡que inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;

se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti esta la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.

Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazon;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.

Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.